MACHADO EN SORIA


Homenaje en Soria a Machado
MACHADO EN SU PRIMERA VISITA A SORIA, MAYO DEL 1907
Foto del matrimonio Machado










Homenaje a Jorge Manrrique, el Machado introspectivo se mezcla ya con un Machado descriptivo de estampas y tipos, filosófico y a la vez folklórico y humorístico.

HOMENAJE A JORGE MANRRIQUE, COPLAS... POR LA MUERTE DE DON GUIDO
Al fin, una pulmonía
mató a don Guido, y están
las campanas todo el día
doblando por él: ¡din-dan!
Antonio Machado en una tertulia literaria 
Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.
Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo
y un maestro
en refrescar manzanilla.
Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.
Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
escándalos y amoríos
poner tasa,
sordina a sus desvaríos.
Casa de Antonio Machado
Gran pagano,
se hizo hermano
de una santa cofradía;
el Jueves Santo salía,
llevando un cirio en la mano
—¡aquel trueno!—,
vestido de nazareno.
Hoy nos dice la campana
que han de llevarse mañana
al buen don Guido, muy serio,
camino del cementerio.
Buen don Guido, ya eres ido
y para siempre jamás...
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?
Yo pregunto: ¿Qué llevaste
al mundo donde hoy estás?
¿Tu amor a los alamares
y a las sedas y a los oros,
y a la sangre de los toros
y al humo de los altares?
Buen don Guido y equipaje,
¡buen viaje!...
El acá
y el allá,
caballero,
se ve en tu rostro marchito,
Campanas que escuchaba Machado en Soria

lo infinito:
cero, cero.
¡Oh las enjutas mejillas,
amarillas,
y los párpados de cera,
y la fina calavera
en la almohada del lecho!
¡Oh fin de una aristocracia!
La barba canosa y lacia
sobre el pecho;
metido en tosco sayal,
las yertas manos en cruz,
¡tan formal!
el caballero andaluz.
Estatua de Leonor
Durante unos años, Machado, acrecenta y eleva su poesía hasta el nivel de Soledades, galerías y otros poemas
Cumplido los treinta años, por fin, en 1906 estimulado por sus amigos de la Institución, se dispone hacer oposiciones a cátedra de francés de Instituto, victorioso en la primavera de 1907, con 12.000 reales de sueldo anual, elige la vacante de Soria, donde hace su primer viaje en mayo para la toma de posesión, pero por estar el curso casi acabado, regresa a Madrid para volver de modo estable en septiembre
Soria, entonces, aunque con dignidad de capital de provincia, era un pueblecito de siete mil habitantes, con un par de cafés y tres círculos sociales de diverso nivel, Machado visitaba el Casino de Numancia, un día los contertulios le descubrieron alguna vinculación con la literatura
Antonio Machado, no ha dejado <versos, a la novia>, pero queda alguna huella del cortejamiento, por ejemplo, En tren, de Campos de Castilla, bajo el titulo de Soledades y con el lema Ofelia, vete a un convento.

SOLEDADES, OFELIA VETE A UN CONVENTO 
Hoy he visto a una monjita
tan bonita!,
con esa expresión serena
que a la pena
da una esperanza infinita.
Yo pensaba: Tú eres buena;
porque diste tus amores
a Jesús; porque no quieres
ser madre de pecadores.
Más tú eres
maternal,
bendita entre las mujeres,
madrecita virginal.
Algo en tu rostro es divino
bajo tus cofias de lino.

Tus mejillas
-esas rosas amarillas-
fueron rosadas, y luego,
ardió en tus entrañas fuego,
y te abrazaste a la cruz
y ya eres luz, solo luz,

¡ Todas las mujeres bellas
fueran, como tú, doncella,
en un convento a encerrarse!…
Y la niña que yo quiero
¡ay!, preferirá casarse
con un mocito barbero
Otro gran poema de la contemplación luminosa, bella en su mirada amorosa,.
Y la visión se hace aún más cordial cuando lleva el color del amor -acaso la única pudorosa alusión del poeta a su idilio con Leonor

CAMPOS DE CASTILLA
He vuelto a ver los álamos dorados
álamos del camino en la ribera
Olmo
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria ?barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra?.

Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.

¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!
Leonor y Antonio Machado
CAMPOS DE CASTILLA
¡Soria fría, Soria pura,
cabeza de Extremadura,
con su castillo guerrero
arruinado, sobre el Duero;
con sus murallas roídas
y sus casas denegridas!

¡Muerta ciudad de señores
soldados o cazadores;
de portales con escudos
de cien linajes hidalgos,
y de famélicos galgos,
de galgos flacos y agudos,
que pululan
por las sórdidas callejas,
y a la medianoche ululan,
cuando graznan las cornejas!



El poeta, dejando atrás su romanticismo, ha salido a la realidad exterior de una tierra, ademas que para el se ha hecho persona y amor en su mujer, en una casi niña, inocente como la tierra misma
CAMPOS DE CASTILLA
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!

Placa del instituto en Soria 
¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita.
Me habéis llegado al alma,

¿o acaso estabais en el fondo de ella?



GUITARRA DEL MESÓN 
Guitarra del mesón que hoy suenas jota,
mañana petenera,
según quien llega y tañe
las empolvadas cuerdas.
Guitarra del mesón de los caminos,
no fuiste nunca, ni serás, poeta.
Tú eres alma que dice su armonía
solitaria a las almas pasajeras...
Y siempre que te escucha el caminante
sueña escuchar un aire de su tierra.

CAMPOS DE SORIA
¡Soria fría! La campana
de la Audiencia da la una.
Soria, ciudad castellana
¡tan bella! Bajo la luna
¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita.
Me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?

Soria paisaje   
POEMA PARÁBOLAS 
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó


QUE ES UN CAMINO PARA MACHADO

Pertenece a poemas "Campos de Castilla" publicados en 1912, los escribió en la etapa que pasó en Soria.
Cuando dice "caminante, son tus huellas el camino y nada más” es probablemente una convicción de que solo le importa lo que vive y se vive si se decide andar el camino, lo imaginado o deseado no importa.

El camino lo utiliza en varios poemas, por un lado el camino como la senda de la vida, por el otro el camino como lugar de esparcimiento viendo la naturaleza y el paisaje.
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo 
y en su mitad podrido, 
con las lluvias de abril y el sol de mayo, 
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina 
que lame el Duero! Un musgo amarillento 
le mancha la corteza blanquecina  
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores 
que guardan el camino y la ribera, 
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera 
va trepando por él, y en sus entrañas 
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero, 
con su hacha el leñador, y el carpintero 
te convierta en melena de campana, 
lanza de carro o yugo de carreta; 
antes que rojo en el hogar, mañana, 
ardas en alguna mísera caseta, 
al borde de un camino; 
antes que te descuaje un torbellino 
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje 
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera 
la gracia de tu rama verdecida. 

Mi corazón espera 
también, hacia la luz y hacia la vida, 
otro milagro de la primavera.


CAMINOS
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.

Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgende un alba en primavera.
¡Era tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas!...
Vive, esperanza: ¡quién sabe
lo que se traga la tierra.


LA MUERTE RONDA MI CALLE
La muerte ronda mi calle
Llamará.
¡Ay, lo que yo más adoro
se lo tiene que llevar!
La muerte llama a mi puerta.
Quiere entrar
¡Ay! Señor, si me la llevas
ya no te vuelvo a rezar.
¡Ay!, mi corazón se rompe
de dolor
¿Es verdad que la quitas?
no la quites , Señor

UNA MAÑANA
Una mañana dorada
de un día de primavera
vi sentada la muerte en su cabecera.
Quiero amarte y sólo puedo
blasfemar y aborrecer,
mátame la fe del miedo del poder

YO BUSCABA A DIOS UN DÍA
Yo buscaba a Dios un día.
¿Dónde estás que no te veo?
Era una voz que decía: Creo.
Tengo en mi pecho clavado
Un dardo tuyo, Señor
Me heriste y he blasfemado
Por amor 

SEÑOR ME ARRANCASTE LO QUE MAS QUERÍA
¡Señor!, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
Casa de la familia Machado Soria
UNA NOCHE DE VERANO
Una noche de verano
Estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa
La muerte en mi casa entro
se fue acercando a su lecho
ni siquiera me miro
con los dedos muy finos
algo muy tenue rompió
Silenciosa y sin mirarme
La muerte otra vez paso
delante de mi
¿que has hecho?
La muerte no respondió
mi niña quedo tranquila 
dolido mi corazón
¡Ay! Que lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos
Soria en la mente de Machado
Cargamos la mochila, hacemos camino al andar, pero en la mente nos
llevamos la senda “Machadiana” que Soria nos brinda.
Caminante no hay camino, la senda de Soria la volveré a visitar.

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