Palacio de las Dueñas en Sevilla donde nació Antonio Machado |
El 26 de julio nació en Sevilla Antonio Machado, segundo hijo de la familia.
Demófilo, padre de Antonio Machado fue recopilador de letras de cantes
|
RECUERDO
DEL PADRE EN SEVILLA
Esta luz de Sevilla....Es el palacio
donde nací, con su rumor de fuente.
Mi padre en su despacho. La alta frente,
la breve mosca y el bigote lacioRETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y
un huerto claro donde madura el limonero;
mi
juventud, veinte años en tierra de Castilla:
mi
historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni
un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-
ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas
recibí la flecha que me asigno Cupido.
Y
amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay
en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero
mi verso brota de manantial sereno;
y,
más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy,
en el buen sentido de la palabra, bueno
Adoro
la hermosura, y en la moderna estética
corté
las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas
no amo los afeites de la actual cosmética,
ni
soy un ave de esas de nuevo gay-trinar.
Desdeño
las romanzas de los tenores huecos
y
el coro de los grillos que cantan a la luna.
A
distinguir me paro las voces de los ecos,
y
escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy
clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi
verso, como deja el capitán su espada:
famosa
por la mano viril que la blandiera,
no
por el docto oficio del forjador preciada.
Converso
con el hombre que siempre va conmigo
-
quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi
soliloquio es plática con este buen amigo
que
me enseñó el secreto de la filantropía
Y
al cabo, nada os debo; debeisme cuanto he escrito.
A
mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el
traje que me cubre y la mansión que habito,
el
pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y
cuando llegue el día del último viaje,
y
esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me
encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
desnudo, como los hijos de la mar
ANTONIO
MACHADO ÁLVAREZ, PADRE DEL POETA, EN SUS RECOPILACIONES ES CONOCIDO
COMO “DEMÓFILO”, SEUDÓNIMO CON EL QUE FIRMABA
Licenciado
en derecho y en letras, funda la revista El Folklore Andaluz, autor
de obras tales como Colección de Cantes Flamencos (1881) y numerosas
obras y artículos, firmados con el seudónimo de “Demófilo”,
“Ami hijo”, es una respuesta a su hijo Manuel cuando éste le
pregunta infantilmente los motivos de su aversión anti eclesiástica.
El Sínodo Diocesano de Sevilla y Jaén llegaron a declarar
excomulgados no ya a Machado Álvarez, sino a los lectores de sus
artículos
Galería de Palacio
|
En el libro Juan de Mairena (XLVI OPP, 508) Antonio Machado decía cómo sus
padres se conocieron una tarde en que unos delfines remontaron el
Guadalquivir atrayendo a toda la ciudad a verlos.
ANOCHE CUANDO DORMÍA
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
Palacio de las Dueñas
|
Ana
Ruiz, hija de un confitero de Triana y aficionada a la pintura, se
casó con Antonio Machado Álvarez en 1874, instalándose el
matrimonio en una de las viviendas en que se había dividido el
Palacio de las Dueñas, propiedad del Duque de Alba. El Duque
encomendó a Machado Álvarez, padre de Antonio, la administración de aquellas
viviendas, pero como éste tenía interés en la política, dejó la educación de sus hijos a cargo del abuelo Machado Núñez
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En
todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y
pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala
gente que camina
y va apestando la tierra…
y va apestando la tierra…
Y
en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca,
si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y
no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son
buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
Los Machados Ruiz son Manuel (1874), Antonio (1875), José el dibujante (1879), Joaquín el indiano y Francisco funcionario de prisiones y autor de cuplets (1884). Cuando el abuelo fue trasladado a Madrid todos fueron con él.
PEGASOS,
LINDOS PEGASOS
, CABALLITO DE MADERA
Yo
conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
UNA VISITA A SEVILLA
Patio de las Dueñas |
una pálida rama polvorienta,
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
Es
una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo,
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
En
el ambiente de la tarde flota casi de primavera,
tibia tarde de marzo,
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
¿QUIEN
ME PRESTA UNA ESCALERA
PARA
SUBIR AL MADERO,
PARA
QUITARLE LOS CLAVOS
A
JESÚS EL NAZARENO?
Saeta
popular
¡Oh,
la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
Galería del Palacio
|
En
1893 el abuelo Machado Núñez muere.
AMADA,
EL AURA DICE
Amada,
el aura dice
tu pura veste blanca...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
El
viento me ha traído
tu nombre en la mañana
el eco de tus pasos
repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
tu nombre en la mañana
el eco de tus pasos
repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
En
las sombrías torres
repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
Los
golpes del martillo
dicen la negra caja;
y el sitio de la fosa,
los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
Amada,
el aura dice dicen la negra caja;
y el sitio de la fosa,
los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
tu pura veste blanca...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
El
viento me ha traído
tu nombre en la mañana
el eco de tus pasos
repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
tu nombre en la mañana
el eco de tus pasos
repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
En
las sombrías torres
repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
Los
golpes del martillo
dicen la negra caja;
y el sitio de la fosa,
los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
dicen la negra caja;
y el sitio de la fosa,
los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡mi corazón te aguarda!
RECUERDO INFANTIL
Una tarde parda y fría
Una tarde parda y fría
de
invierno. Los colegiales
estudian.
Monotonía
de
lluvia tras los cristales.
Es
la clase. En un cartel
se
representa a Caín
junto
a una mancha carmín.
Con
timbre sonoro y hueco
mal
vestido, enjuto y seco,
que
lleva un libro en la mano.
Y
todo un coro infantil
va
cantando la lección:
«mil
veces ciento, cien mil;
mil
veces mil, un millón»
Una
tarde parda y fría
de
invierno. Los colegiales
estudian.
Monotonía
de
la lluvia en los cristales.
Se hizo Baeza, Collioure y ahora Sevilla, no puede quedar olvidada la etapa de poeta en Soria, ya se esta trabajando en ella como siempre subiendo el listón muy bien Maria Luisa..
ResponderEliminar