RAÍCES Y PREHISTORIA DEL CANTE FLAMENCO

una parada en su peregrinar 
El flamenco en la memoria.
La memoria es también la verdad y la vida, otra manera de la sangre. A veces la memoria empeora, y la emoción se vuelve anímica. En otras ocasiones nos falla la memoria, y uno se apoya contra la pared, sin esfuerzos y perpleja como enferma. Es importante nuestro trato con la memoria. La memoria no es solo un regalo es una caricia del tiempo, la memoria es vida

la familia
El músico flamenco, el cantaor flamenco, vive con la moral de la memoria. Y en esas falsetas de penumbra, en los sonidos negros, en esos “Quejíos” impetuosos, en ese taconeo huérfano, en esos desgarrados cantes hinchados de intimidad, sentimos las raíces de la vitalidad y el hilo inflamante del tiempo y el cimiento de la memoria. Y todo llegó acaso en una Soleá, a duras penas dicha por un cantaor con los ojos cerrados y con las manos tensas. Tal vez fue entonces, esa noche, cuando te das cuenta que la gran música es la que contiene a la vida y dentro de eso la música esta en el flamenco.
Friedrich Nietzsche: decía “sin la música", la vida sería un "error”, esta frase hace que me la repita y he de pensar que lleva toda la razón, sin la música la vida seria poco honorable
gitanos danzando
La noche en el flamenco, el “cante”, el “grito” :parecieran que son hermanos, la primera palabra del lenguaje tal vez fuese aquel grito, aquel esfuerzo por superar el dolor.
¿ Es el lenguaje, una necesidad de consolar a un desconsuelo que no tiene fin ? Si ello es así la primera palabra del lenguaje no pudo sino ser “ grito “. el grito que sigue llegando directamente al esqueleto de nuestro corazón.
Que la orfandad del grito desemboca en la multitud. Que la fraternidad aúlla. Que el aullido es amor.


ante la candela

En ocasiones la historia nos muestra la enemistad de la vida contra la muerte. En ocasiones, la muestra con el grito. El grito ama la vida, una injusticia también nos puede despertar un grito.
Con coraje o con miedo, es cuestión de matices: lo importante es el grito. Las músicas que tienen gritos en su ser, al preguntar gritando-es decir, al protestar contra la muerte esta reivindica la vida.


Lamentos de una guitarra,
que el tocaor con sus dedos
le trasmite sus penas,
un grito que se desgarra
entre sus cuerdas
desahogando el llanto
que lleva dentro de su alma.
Sus notas suenan a tristeza y dolor
que el tocaor se lo calla,
para que nadie sepa
el dolor que le atormenta.
Su guitarra le acompaña
para aliviar sus penas,
las manos con su cuerdas
las dos se abrazan,
en el silencio de la noche
o de la madrugada,

sesteando en su caminar
El Quejío.
Da igual lo que se diga en una copla, cuando esa copla duele, incluso cuando esa copla nos restaña el dolor: lo que importa es la hondura que transporta la copla. Y dentro de la copla lo que más importa es el grito. Pues bien: nuestro cante flamenco está lleno de gritos, el alto sueldo de dolor flamenco-un dolor que, a menudo, subyace incluso en los cantes súbitamente jubilosos es como un documento que prueba la terrible tensión de identidad de las gentes que lo transfiguraron, pero también la terrible tensión histórica de la tierra donde nació. Esa tierra se llama Andalucía. Los andaluces a ese grito que se contiene en el flamenco lo han vuelto a bautizar. Se ha llamado “quejío” Andalucía, ha edificado un estremecedor monumento de música. Un lenguaje. Un lenguaje lleno de conmoción lleno de “ayeos, ” de queja: de quejío.

gitanas de tras de los carros
El quejío es una autentica armonía trágica, el cante es la mayor expresión cultural, es quejío enraizado en una profunda y dolorosa expresión autentica de un pueblo, el pueblo andaluz. Yo cambiaría muchas literaturas por estos gritos y por estos silencios a la hora de escuchar esas “tonas”, “carceleras”, cuerpos que se arquean en la desesperación y la rabia, una guitarra que raya el silencio. 

Poema a Manuel Torre

La Solea y la Seguiriya,
de luto las dos están,
a la muerte de Manuel Torre,
que puso estos dos estilos, en un gran pedestal,
Jerez de la Frontera fue su cuna,
y llorando también esta,
porque murió su gitano,
que mejor cantaba por Solea,
La Seguriya le llama a voces,
donde esta Manuel Torre,
que ya no me quiere cantar,
por eso yo quiero en la memoria,
de este gran cantaor,
siempre poderla recordar

cuadro pintura como  viven  los gitanos, ( no pone autor)
El quejío, ¿seria únicamente del pueblo andaluz? ¿ No seria también la imagen de todos los pueblos gritando en un canto ronco y soberbio su soledad, su rabia, su impotencia, su dolor?
Cuando se canta por solea, es un grito conmovedor es un grito que sale de los pechos, ásperos como la tierra donde vive. No hay descanso ni esperanza, sólo la certeza de un mundo injusto, y al final la sombra de la muerte.
El cante flamenco representa a la Andalucía trágica de los braceros sin fuerza para la rebeldía, de las mujeres calladas y sufridas, de los que se rompen la soga que les ata a la tierra para buscar nuevos horizontes económicos.

unas pataitas por Solea 
Sevilla y Cadiz son precisamente las dos provincias donde tiene su origen y su desarrollo el cante gitanoandaluz.
El quejío es una de desgarramiento, en esa granja de cicatrices que es el arte flamenco, ¿ era éste el nombre que aquellas cicatrices buscaban afanosas ? Vestido de alboreá o de canto de trilla o de toná o de siguiriya o de solea o de taranta, que mas da era un dolor no solo metafísico a fuerza de ser profundo sino también rebelde, un dolor alcanzado con sangre, golpes, persecuciones y desprecios cuya infancia sobrevenía de siglos atrás como un testarudo `perfume: <<nuestros cantes y bailes son los mismos que los de nuestros bisabuelos>>

los gitanos entran por los Pirineos
En las palmas de nuestras manos sobreviene el calor de largos siglos de pesadumbre y resistencia y mientras moderadamente aplaudimos, los rostros se dilatan como dibujados en agua, estos seres a la vez temerosos y altivos cuyos antepasados salieron de la India que tras varios siglos de peregrinaje por Asia y por Europa llegan al pirineo, se asoman hacia España, la miran entre si, vuelven a mirar esas tierras, se preguntan cómo los tratarán en estos montes,en estos caseríos, en estas marismas, en esos suburbios, miran atrás por última vez – probablemente con horror- y, probablemente con alguna esperanza, arrean las bestias: las mujeres se abrochan las blusas, los hombres adelantan unos pasos los carros echan andar portando unos chiquillos, unos abuelos, unos harapos, algunos utensilios y una cultura antigua y arrogante, echan andar, caminan, hacia siglos que caminaban, tal vez desde siempre, cuando se podrán detener estas criaturas, se miran, se preguntan cómo les tratarán, se llena de horizontes los ojos.





Datos sacados de los grandes investigadores del flamenco

Frances Botey, Teresa San Roman, Francois de Vaux de Foletier libro Mil años de Historia de los Gitanos.
Sin estudiarlos no hubiese sido capaz de esta publicación.
El tema hoy ha sido el Grito en el Flamenco y el Quejío de un pueblo que ha sufrido las tiranías de unos Reyes sin corazón.




Recojo la mochila y caminando en busca de otros cantes por esos Autores de Dios

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